sábado, 16 de octubre de 2010

101010 El Nuevo Portal

101010 NO ES UN CODIGO BINARIO O TAL VEZ SI! QUIEN SABE?

Es una mañana de domingo y Ricardo y Biru nos pasan a buscar por el hotel, son los tíos de Ricky un amigo que me regalo la vida, decidimos parar a comprar carne en el camino y cuando subimos al auto los números arrancan una charla que nos conduce por una ruta rodeada de sierras y campos que impresionan con sus tonalidades verdes y ocres, el sol se hace sentir y me golpea de costado por el vidrio del acompañante, estoy sentado al lado del tío Ricardo que maneja mientras desata una catarata de info numérica que empieza a darme los primeros sacudones, los mates de la tía Biru van y vienen y amenizan el viaje. Todo está por empezar o ya empezó, nada de eso importa ahora hay que dejar que todo fluya, que te parece amor?


Laguna La Brava es el destino final, nos desviamos de la ruta por un camino que nos perfuma con una brisa de eucaliptos, todo está en armonía, nada parece estar fuera de lugar, tendré que acomodarme para interactuar con él y todo aquello que se presente de aquí en más.
Juan nos recibe en el parque de su casa; Natalia su esposa, hija de Ricardo y Biru, nos saluda desde la cocina mientras prepara unas galletitas horneadas que con su aroma no dan ganas de esperar hasta el mate de la tarde; Merlina, Lola y Félix juegan en el parque y están en su mundo disfrutando de él sin que nada los perturbe, creo que es la mejor forma que tenemos para sostenernos en nuestro propio juego y es disfrutar del entorno que nos rodea con la pureza que solo un chico puede sentir, y en ese momento es cuando los duendes que habitan el lugar nos protegen de nosotros mismos.
Después de un rato de estar allí salimos con Ricky a comprar pan y gaseosas a la proveeduría que está frente a la laguna, y al volver nos encontramos con Juan que había salido a dar una vuelta con unos amigos de quienes no recuerdo el nombre, después de cruzar algunas palabras, cada uno siguió su rumbo, el mío ya no era el mismo pero estoy seguro que todo va a ir encaminándose a medida que logre aflojarme.
De vuelta en la casa nos sentamos con Ricky bajo una galería, frente nuestro sentado en una silla el tío Ricardo charlaba en el medio del parque con la esposa de uno de los amigos de Juan, el maestro y su alumna derrochaban luz, se podía percibir a simple vista. Biru y Natalia preparaban una picada con pizza fría que había quedado de la noche anterior mientras todos esperábamos que el fuego comience a darle las primeras cocciones al asado que se hacía desear.
En ese instante se acerca Merlina y nos pide si la acompañamos a un par de cuadras de ahí a buscar a Lola, su hermana, no habíamos salido todavía de la casa y todo alrededor parecía estar proyectándose como una película en tercera dimensión, era muy notoria la distancia entre un árbol y otro, y no precisamente por la lejanía entre ellos, sino que tenia la misma impresión como cuando hago foco con mi cámara, la profundidad de campo podía sentirla en mis ojos. Hicimos unos pasos más y mi cuerpo al caminar parecía que no tocaba el suelo, la boca comenzó a secarse y una sensación de vacío empezó a invadirme, sentí miedo, pensaba que me iba a costar poder salir de esta rara manifestación que se apropiaba de mi ya que al no poder controlar mi cuerpo y especialmente mi mente me sentía desestabilizado. Le dije a Ricky que prefería sentarme un rato y esperarlos sobre el tronco de un árbol que se hallaba tirado en una esquina, solo habíamos caminado cien metros desde que salimos de la casa.
Me quedé allí y ellos siguieron hasta la casa donde se encontraba Lola, me acomodé en el tronco del árbol para poder relajarme, mi cabeza estaba alborotada, todo retumbaba en mi interior, comencé a respirar profundo y a pensar en el motivo que me llevó a esta situación, ahí fue cuando pude encontrarme en mi silencio, te escuche y me escuche, por momentos me susurrabas al oído y en otros me retabas, pero estabas conmigo y eso era lo importante. No sé cuánto tiempo pasó desde que me quede ahí solo, pero fue el tiempo suficiente para poder ver el cuadro que estaba frente a mí.
Dos caminos se separaban al costado de la calle por la que veníamos, el camino de la izquierda hacia una curva a pocos metros de comenzar, se podía ver que después de esa curva había mucha luz y eso me transmitía tranquilidad; el otro camino que estaba a la derecha tenía una subida y no podía ver mas allá de las copas de unos árboles que estaban al comienzo de este sendero, pero me llamaba mucho la atención, tal vez porque la vida tiene pendientes similares y muchas veces todo se nos hace cuesta arriba, sentí que tenía que elegir entre uno de ellos, sabiendo que cuando elegimos algo a la vez estamos sacrificando otras cosas y con la intriga de saber a dónde me podía llevar el otro camino, el de la izquierda. Y fue justo en ese instante que apareciste y pude ver cómo tomados de la mano comenzábamos a recorrer el camino en pendiente, estábamos serenos no nos intimidaba ir cuesta arriba, si siempre la estamos luchando, este parecía ser el camino más duro y me hizo recordar que había luchado mucho para llegar hasta aquí y la elección estaba en mi y nada me iba a mover de tu lado, ya que el otro camino me mostraba que tenía que recorrerlo solo.
Esta fue mi mejor elección y nunca voy a dudar de eso, si siempre estuviste en mis sueños, estábamos cerca y no nos veíamos, quizás no era ese el momento de cruzarnos, de ser uno, o de acoplarnos como me gusta decir, ahora si este es nuestro momento.
Ricky, Lola y Merlina venían jugando por la calle que nos llevaba de vuelta a la casa, me uní a ellos, las ideas ya se habían acomodado pero desde mis labios hasta mi garganta una insoportable sequedad me tenia mal, faltaban pocos metros para llegar y fueron interminables, pobre Ricky! Le comí la cabeza hasta que llegamos a la cocina y me pude tomar un vaso de Coca-Cola. Ya con un poco de azúcar en el cuerpo pude continuar y fue así como llegue hasta la parrilla, la mesa estaba servida, reinaba un clima de mucho amor, paz y armonía; todos ayudaban en algo, aproveche y me prepare un fernecito que es mi bebida espirituosa. Que linda que sos morocha no puedo resistirme!
Salieron las primeras porciones de vacío, después continuamos con un lomo al romero, todo acompañado por varias ensaladas, yo elegí de hinojo, y para tomar jugo de pomelo porque todavía me sentía un poco débil como para tomar un vaso de vino tinto, es que ya conozco mis límites, vio?.
Hacía mucho que no disfrutaba de un almuerzo como me estaba pasando con este, cada bocado me perfumaba la boca entre el hinojo y el romero que condimentaba el lomo, parecía la receta justa para que termine de acomodarme en mi cuerpo.
Después del almuerzo fui hasta el auto del tío Ricardo y tome mi cámara de fotos, tenía que aprovechar este momento de conexión para sentir a quien me había acompañado en estos últimos tres años, era como una suerte de despedida. Necesitaba tocarla, sentirla y mimarla, es que ella me conoce mejor que nadie y es que a través de su lente pude reflejar muchos momentos irrepetibles y a la vez inolvidables, porque ahí en esos momentos siempre estaba yo aunque nunca me pudieron ver.
Salimos a recorrer las afueras de la casa, ella colgaba de mi hombro como tantas veces lo hicimos, dimos unas vueltas y en una de ellas nos cruzamos con Juan y Lola que iban en la moto, ellos siguieron su camino, nosotros llegamos a la laguna donde hicimos un par de tomas de una casa abandonada y continuamos caminando hasta un cruce, hacia la izquierda estaba la entrada a la laguna y hacia la derecha teníamos el bosque. Y otra vez elegí el camino de la derecha, el bosque nos estaba invitando a pasar, como si quisiera despedirse de nosotros. Fue así que tras caminar la primer cuadra doblamos a la derecha y al llegar a la próxima esquina estábamos frente a nuestros dos caminos ya conocidos, y el mismo tronco que me protegió por la mañana me daba su ultimo reparo.
Ya no había más nada que pensar ni reflexionar, solo había que agradecerle a los duendes del bosque por acompañarme en una de las decisiones más difíciles, la que desde este momento hace de mi otro ser que ya no está solo y puede sentir tu compañía día a día. En ese instante empecé a sentir voces detrás de mí, estaban muy cerca, cuando me di vuelta Ricky, Juan, Lola, Merlina, Félix y los dos amigos anónimos de Juan se acercaban mientras Ricky me sacaba fotos sin que me diera cuenta, como si todos supiéramos que allí nos íbamos a encontrar. Y porque no? Si al fin y al cabo ese ya era mi lugar.
Sergio Mussini

No hay comentarios:

Publicar un comentario